¿Dónde están los que vinieron antes que nosotros?

Juan José Burzi recorre las vidas de cinco artistas italianos de los siglos XVI y XVII. Este nuevo libro cimenta un estilo y una temática poco comunes en nuestro medio

|
Foto de ¿Dónde están los que vinieron antes que nosotros? por undefined.

En Vidas barrocas (Caburé, 2025), Juan José Burzi recorre las vidas de cinco artistas italianos de los siglos XVI y XVII. Este nuevo libro cimenta un estilo y una temática poco comunes en nuestro medio. Burzi viene ocupándose del arte de estos siglos hace ya un tiempo: en 2019 publicó el ensayo La mirada en las sombras (17 grises, 1er Premio Municipal de la ciudad de Buenos Aires, pronto a republicarse en Lengua Suelta), y en 2022, Sensualidad y erotismo en Caravaggio (Zona Borde). Lo novedoso de esta propuesta es que los personajes crecen a la sombra de artistas de mayor calibre. La pasión por el arte es igual de fuerte, la dedicación y el sacrificio también lo son, pero el talento extraordinario de los contemporáneos echa tanta sombra sobre los personajes que sus vidas terminan condenadas al olvido. Recurre la presencia de Caravaggio, reaparece el joven castrato del cuadro El tañedor de laúd, pero esta vez desde una ficcionalización que permite jugar con elementos imaginarios en un contexto cuidadosamente reconstruido.

 

Decía que Burzi con este libro refuerza un estilo porque en estos nuevos cuentos, como en otros anteriores —recordemos su magnífico “Las siamesas Benn”—, no se ciñe a los decálogos del cuento tradicional que indican que el relato ha de referirse a un único episodio en la vida del protagonista. Con excepción de uno de ellos, los cuentos de este libro narran, podría decirse, toda una vida. En este abordaje hay antecedentes de peso —desde “Las nieves del Kilimanjaro” de Hemingway (1934), pasando por “El muerto” de Borges (1946) hasta “El oso atravesó la montaña” de Alice Munro (1999)— que han ido consolidando una serie de procedimientos que hace posible construir —y destruir— una vida en pocas páginas. Se puede empezar en el presente y recordar, como ocurre en “Las nieves…” y en “El oso…”, o narrar de forma cronológica con saltos temporales, como en “El muerto”, detenerse en episodios importantes para el tema del cuento, introducir motivos recurrentes que le den unidad al relato y que nos permitan ver cómo se entreteje el destino del personaje. A estos recursos Burzi les suma innovaciones que logran que cada cuento se diferencie de los demás a pesar de la unidad de tiempo y de tema que presenta el libro. Y admitamos que no es sencillo lograr en una serie de cuentos el “efecto único" del que hablaba Poe.

 

En “Giulio Mola, leproso”, el relato se organiza con una introducción y con partes tituladas según el paso de los años de la vida de Mola, un artista ficticio del Barroco romano. Abandonado de niño en una iglesia, gracias a su talento para la escultura logra convertirse en aprendiz en el taller de Pietro Bernini, padre del célebre Gian Lorenzo. A pesar de su habilidad, especialmente para las miniaturas, en el taller sufre por las burlas y por la envidia, lo que lo lleva a abandonarlo. Tras años de trabajos menores, su suerte cambia al conocer al Marqués de Arp, quien le consigue encargos de retratos. Su vida da un vuelco cuando se enamora perdidamente de la joven noble Aurora Colonna, con quien mantiene un romance secreto y apasionado aun después de contraer lepra. En sus últimos días se obsesiona con una escultura de Bernini en la iglesia y talla una última réplica en miniatura con el rostro de su amada. Siente que al fin ha superado al gran maestro. Muere sonriendo frente a la obra, que es incinerada con sus pertenencias sin que nadie la descubra. La memoria de su existencia también desaparece: el cuento cierra diciendo que “Durante un tiempo, una cruz de madera, tallada toscamente, indicó el lugar de su tumba”.

 

A diferencia de los demás cuentos, “Giovanni Sirani, aprendiz” se organiza a partir de una conversación y de una sola noche. El Conde Elio Ferrara visita la humilde y lúgubre casa del pintor Giovanni Andrea Sirani para adquirir una obra de su difunto maestro, el célebre Guido Reni. Sirani, postrado en cama, con las manos deformes por la enfermedad y sumido en el dolor por la reciente y sospechosa muerte de su talentosa hija, la pintora Elisabetta Sirani, recibe al Conde. A través de un extenso monólogo, Sirani retrata a su maestro Reni como un genio absoluto, pero también como un hombre atormentado por su adicción al juego, lo que lo llevó a contraer deudas enormes y a descuidar su arte. El momento culminante de la confesión llega cuando Sirani, antes de mostrarle la pintura al Conde, le revela un secreto guardado por años: él fue el único discípulo que aprendió a imitar a la perfección el estilo de Reni. Tras una tensa negociación, el Conde compra la “Crucifixión” de Reni por una suma considerable, pero duda sobre la verdadera autoría de la obra.

 

A modo de una larga confesión, "Pedro Montoya, castrato" relata la vida de un cantante español del siglo XVI y XVII. Nacido en una familia pobre de Castilla, su talento lleva a sus padres a entregarlo a un banquero genovés para saldar una deuda. A los diez años lo castran para preservar su voz de niño y pasa a estar bajo la tutela del maestro Fra Agostino, quien lo instruye en música y literatura. En la academia de Fra Agostino, Pedro descubre el amor con otro joven castrato y participa en ritos paganos dedicados a Baco que, según el maestro, potencian la inspiración artística. Su talento excepcional lo lleva a Roma, al coro de la Capilla Sixtina, bajo la protección del Cardenal del Monte. Allí, su belleza andrógina y su voz lo hacen famoso, pero también lo exponen a la soledad y a los complejos deseos de sus protectores. Es inmortalizado en dos pinturas por el joven y violento Caravaggio, que vive en el mismo palacio. Tras una serie de pérdidas trágicas, decide suicidarse bebiendo el mismo brebaje que le dieron para el dolor cuando lo castraron. La muerte llega como un alivio para Montoya: “Comienza el día, los rayos del sol rebotan en las cosas, es este el momento que elegí para despedirme de todo. Beberé de la botella hasta caer desvanecido en los brazos de la muerte. Mi historia ya ha sido contada".

 

El procedimiento narrativo vuelve a cambiar en “Giovannino de Capugnano, visionario”, que se narra a partir de un punteo de momentos importantes, de notas y de frases que fueron determinantes en la vida de un campesino del siglo XVI con una irrefrenable vocación —y ningún talento— por la pintura. su vida. Estas viñetas cuentan, con tono de crónica biográfica, que su arte es torpe, desproporcionado y carente de técnica, que es blanco de las burlas de artistas consagrados de Bolonia como los hermanos Carracci y Guido Reni, que a pesar de su falta de habilidad, Giovannino posee un ego inmenso y una credulidad que lo hacen víctima de bromas crueles, como la de Leonello Spada, un discípulo de los Carracci que finge ser su aprendiz para mofarse de él y luego publica versos satíricos sobre su "muerte". Giovannino sobrevive con trabajos menores —pintando puertas, cofres y muros—, sin que nadie valore sus lienzos. Sus obras son grotescas: las aves son más grandes que las ovejas y las ovejas, más altas que los hombres, lo que provoca la risa de toda la comunidad. En la última etapa de su vida, Giovannino tiene una revelación sobre su propio arte: entiende que no pinta las cosas como son, sino como él las siente. Comprende que busca capturar el espíritu de las cosas, no su apariencia. Abandona la pintura y regresa a su pueblo natal para volver a trabajar en el campo. Muere insolado una tarde soñando con las palomas enormes que solía pintar.

 

En “Giovanni Andrea Donducci, misántropo”, las diferentes partes están tituladas según el momento de su vida pero también según los artistas que fue conociendo. El protagonista es un pintor boloñés que necesita aislarse en lugares apartados. Estudia en la academia de los Carracci, donde se rebela contra las formas armónicas de sus maestros y le añade a su obra un vigor y un dramatismo propios. Su misantropía se acentúa en Roma, donde se relaciona brevemente con Caravaggio y su círculo, pero se aleja por su mala vida y sus conflictos. Se aísla cada vez más, al punto de esconderse detrás de una cortina para no hablar con un cliente. Aterrado por el ruido y la gente, se muda a una torre en el pueblo de Sasso. Muere solo, en la suciedad de su habitación, y su cuerpo es encontrado días después en estado de descomposición.

 

Estos relatos abren reflexiones sobre la autoría, el original y la copia, la competencia entre artistas, los fundamentos del arte, el sacrificio y la soledad, pero al menos en mi lectura, al cerrar el libro, la sensación que perdura es la del Ubi sunt? En estas vidas llenas de ambición y conflicto no se puede dejar de recordar —porque tendemos a olvidar— que todo se desvanece, la ambición, los logros, las visiones, el amor, el cuerpo. Queda, sí, una pregunta insidiosa y triste: ¿dónde están ahora los que vinieron antes que nosotros?

 

 

Sobre el autor

Juan José Burzi nació en 1976 en Lanús, Buenos Aires. Publicó ensayos: La mirada en las sombras (1er Premio Municipal), Sensualidad y erotismo en Caravaggio. Cuentos: Un dios demasiado pequeño (3er Premio Municipal), Sueños del hombre elefante, Los deseantes y Shibari. Novela: El silencio. Literatura infantil: Miedo a la oscuridad y Tres deseos. También ha realizado traducciones de Lovecraft, Chesterton, Chambers, entre otros. Dirige la revista Los Asesinos Tímidos.

 

 

 

Vidas barrocas

Juan José Burzi

Cuentos

Caburé, 2025, 112 pp.

 

 

 

Susana Ibáñez 

Nació y vive en Santa Fe. Se ha especializado en Literaturas y Culturas Comparadas en la Universidad Nacional de Córdoba, donde obtuvo su doctorado con la tesis Variaciones en el policial negro: el deseo del héroe y la infelicidad en la cultura (2013). Ha publicado cuatro libros de cuentos: Por íntima convicción (Premio Juana Manuela Gorriti, Salta, AVH, 1999), La vida al ras del suelo (Premio Provincia de Córdoba, Córdoba, Letras y Bibliotecas, 2018), Aprender a flotar (Moglia/Ojo lector, 2022) y La solidaridad de los extraños (Vera Cartonera/UNL, 2024). Publicó dos nouvelles, La aguja en el ojo y Me verás volver, bajo el título Te juro que es por tu bien (Palabrava, 2020; Pro Latina Press, 2021; Ápeiron, 2025). Ha publicado dos novelas, en 2021 Mientras vence afuera la sombra (Palabrava) y en 2024 Fuerza de amarre (De l’aire). Coordina talleres de narrativa presenciales y virtuales, clínicas y acompañamientos de obra. Desde 2021 coordina de manera voluntaria un taller de literatura en la Unidad Correccional IV de mujeres. Organiza, junto con Alicia Barberis y Mercedes Bisordi, el ciclo Lecturas en las callecitas desde 2020, y con la Biblioteca Domingo Guzmán Silva el Encuentro de Escritores de la Costa desde 2022, ambos en San José del Rincón. 

 

 


Fecha2/8/2025
Tiempo de lectura1 min

Otras Publicaciones

Imagen de: Un amor fraternal que tiende a dañar
|23 Ago 2025
Un amor fraternal que tiende a dañar

Voracidad. Un melodrama dark se presenta en Polonia Teatro

Imagen de: El regreso de John Cage
|16 Ago 2025
El regreso de John Cage

Un nuevo diario de El Maestro