Dicen o cuentan, en esto el verbo es elegible, que si uno visita el Museo del Louvre y sube una de las escalinatas se encuentra con la diosa de la victoria, del éxito, Nike (hoy sospechada de ser dueña de una marca de zapatillas, pero en verdad, su origen es mucho más largo en tiempo). Esos visitantes de Louvre se encuentran con un fragmento de la diosa, partes que se pudieron rescatar, una pierna, algo del cuerpo, un brazo. Es justo que sea así porque la victoria, el éxito no es completo. Nunca. Ante la sospecha de “¿Qué tendrá que ver esto con la escritura?”, tengamos un poco de paciencia. Lo incompleto nos hace persistir, ir una y otra vez por el éxito, para saborearlo o para conocerlo. Para muestra de la persistencia, de lo ambicioso que resulta el éxito, tomemos por caso a Alejandro Magno, el primer hombre que recorrió y conquistó el mundo conocido, que le demostró a la humanidad que el mundo no era tan imposible de abarcar. Conquistó Grecia, venció a los persas de Darío III, avan...
Segundo baúl: La escritura es un intento que siempre fracasa
Baúles para abrir en esos momentos en los que la escritura puede colapsar

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