Rose no se llama Rose, pero le gusta ese nombre, como "la Rose del Titanic", porque siempre quiso ser actriz y no pudo. Nos dice desde un lugar suspendido en el tiempo, que el nombre debería ser elegido por cada uno desde que somos conscientes de la vida y no impuesto. Que al nacer tendríamos que ser nombrados como una cosa, un objeto, para luego mutar al nombre que nos gusta o identifica. Hay una breve participación de los espectadores en este inicio, Alejandra Oteiza ―protagonista junto a Greta Guthauser de Simplemente, me acuerdo, obra que va por la segunda temporada―, interactúa con el público al plantear la inquietud: "¿Cómo te llamás? ¿Te gusta ese nombre?"
Me hizo acordar a un fragmento de “El Golem” de Borges:
Si (como afirma el griego en el Cratilo)
el nombre es arquetipo de la cosa
en las letras de 'rosa' está la rosa
y todo el Nilo en la palabra 'Nilo'.
Y, hecho de consonantes y vocales,
habrá un terrible Nombre, que la esencia
cifre de Dios y que la Omnipotencia
guarde en letras y sílabas cabales.
A Rose le cuesta reconocerse cuando despierta porque tiene un cuerpo más joven, no entiende qué pasó, ni dónde está. Desde esa premisa, la obra toca temas profundos como el deseo, los mandatos, la postergación, la vejez, la muerte. Pero también habla de amor, amistad, juegos, sueños. No propone un drama a secas, desde la nostalgia ―la mujer mayor que tuvo un accidente doméstico y “ve la película de su vida” mientras está en coma―, también los espectadores van a sonreír seguido.
En esa especie de limbo, Rose se va a encontrar con una guía (Greta Guthauser), que le alcanza su diario para ayudarla a entender. Pero además, Guthauser representa a personajes claves dentro del mundo de Rose y será quien la acompañe hasta el final en cada emoción. Presten atención a los movimientos de esta actriz, así como a su gestualidad. Es maravilloso lo que transmite con el cuerpo y con su mirada, principalmente.
Durante su vida Rose usó un cuaderno de manera cotidiana donde escribía: “Me acuerdo de…”, como ayuda para su problema de la memoria. Releyendo las anotaciones empieza a contar cada anécdota. Y aquí es donde Oteiza despliega su ductilidad y pasa de la risa al llanto en cuestión de segundos y contagia al público. Los hace formar parte ―a través de su personaje―, de la infancia, la pérdida de la mejor amiga, su vocación, el matrimonio, la maternidad, del amor por Ricardito, su único hijo, la renuncia a los sueños, el divorcio, la vejez, y el accidente.
Durante una hora y cuarto la narración va a llegar de muchas formas a los espectadores. Y me animo a decir que, si uno ve la obra un par de veces, no le va a resonar igual, porque tiene varios matices.
Simplemente, me acuerdo emociona no sólo por la temática que tiene sino por la calidad de las actuaciones, el material que se proyecta en una pantalla para ubicar al público en el presente de Rose, y el ambiente despojado que permite concentrarse en los movimientos, las luces y el sonido.
Con un claro mensaje que tiene que ver más con el camino a recorrer que con la meta final, a pesar de que se ubique en el desenlace de la vida de Rose, la obra nos invita a pensar qué hacemos por nosotros, qué hacemos por los otros, y sobre todo qué dejamos de hacer. Recomiendo que la vean.
El Teatro El Grito (Costa Rica 5459 - Palermo) es una sala ideal para una obra como esta, ya que es un lugar cálido, tiene buena acústica y, como si eso fuera poco, cuenta con un bar, buen café y cosas ricas, y también hay un espacio de arte para visitar antes o después de la función.
FICHA TÉCNICA
Dramaturgia: Roberto Cappella
Actúan: Greta Guthauser, Alejandra Oteiza
Vestuario: Facundo Ariel Veiras
Diseño De Sonido: Laura Vázquez
Música original: Laura Vázquez
Diseño De Iluminación: Diego Bellone
Fotografía: Nacho Lunadei
Asistencia de vestuario: Analía Schiavino
Asistencia de dirección: Micaela Valiante
Producción Audiovisual: Leopoldo Minotti
Producción: Rem
Dirección Audiovisual: Leopoldo Minotti
Dirección: Roberto Cappella y Emiliano Marino
Prensa: Prensópolis
Domingos a las 18 horas
Teatro El Grito (Costa Rica 5459, Palermo)
Duración: 75 minutos
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